Adoro los gatos y morder.

Odio que no me reconozcas. Odio que no reconozcas todo este desorden que has dejado en mí porque es tuyo. Odio que me mires y no me beses. Tócame, capullo, esto es solo el principio de esta guerra.

Recorro tu cuerpo de punta a punta, centímetro a centímetro buscando y encontrando todas tus percepciones. Ese cuerpo no es de este mundo y tú tampoco. Ni yo. Lo sé.

Todos tenemos un lugar en donde refugiarnos un tiempo o para siempre. Un pequeño lugar en donde encontramos muchas veces las respuestas y en donde soltar más que un sentimiento.  Yo siempre tendré ese lugar para perderme de vez en cuando y poder encontrar algunos capítulos de mi vida. 

511 días los que no duermo. Un centenar de drogas y mucha comida basura.  Vivir 673 días en una burbuja en donde no puedes ver nada a tu alrededor, o casi nada. Muchas palabras al vacío en donde solo podías escucharme tú.  No espero una respuesta porque nunca la ha habido.

Lo realmente bello se encuentra en uno mismo cuando se desnuda en cuerpo y alma con otra persona. ESA persona. Andamos tan confusos que tropezamos con nosotros mismos sin darnos cuentas que lo realmente bello se encuentra también a nuestro lado; encima, debajo, en la cama, en sueños, en el baño, en ti.

Todo se mueve a nuestro alrededor mientras nosotros andamos descalzos sin percatarnos del tiempo. No nos importa, no nos hace falta. Nos hace falta poco para soñar despiertos. Nosotros.  Puedo ser egoísta pero me lo quedo para mí. No me gusta compartir grandes tesoros.